Que no quede en efeméride lo que tu
nombre entraña
Que no quede para gozo de cuerdos tu
razonar de loco
Que nunca te abandone aquel que dio
juiciosas sentencias
Y repartió refranes por doquier de
cualquier cuita que tu
Alocada cabeza imaginara
Que no sea Barcino tu última aventura
Que sigan tus pasos esos que no saben
Que de las carencias del ayer ahora tenemos
aumentadas
Que tu pluma siga desvelando realidades
e inconformismos
Que el oro de tu pensamiento sea oro y
no lustrosos latones
Que no quede en bibliotecas encerrado
Aquel que nació para correr aventuras
que enderezaran entuertos
Pues mucho es el trabajo pero más
nuestra maldita ignorancia
Que vuelva a los más pequeños los más
necesitados
Los mismos que estamos perdiendo en este
correr alocado
Que no quede solo para verte bonito
Que no quede solo para recordarnos que
un día fuimos grandes
Que tuvimos un siglo de oro pero no por
armas ni por el oro sustraído
Sino por esta gran producción de razones
y pensamiento
Que hablan de otro tiempo tan parecido
al nuestro
Que tu verbo siga vivo y actual
Ni tan siquiera la censura contigo se atrevió
caballero universal
Con un solo brazo y un calamo hiciste
más que en Lepanto
¡Mucho más!
Por que es tu verbo el que pervive y no
tu ahuecada manga
Que se instale despacio en las casas
como el polvo de la encimera
Que se enrede entre las telas de las
arañas,
Que baile en el fuego fatuo de las chimeneas
Calor de hogar has de ser y de espíritu también
Que la lucha continua,
Contra los poderosos
Con los que dicen amarte y te abandonan
no sin antes vaciar tú casa
Tapiar tu memoria y quemar tu alma
intentan
Ni así pueden, pues de ignorantes y soberbios
es el continuo intento
Silenciar, encerrar…
A aquel que nuestras fronteras pasó
Incompleto caballero que en Quijano
renaces
Y en Sancho ensanchas
La mano que tiendes para que el mundo
sea más generoso
Más solidario con algo más de sentido
De don Miguel a don Quijote
Ejemplares vidas como novelas son
Licenciados de vidriera
Ilustradas fregonas que por más esfuerzo
no acaban
Tan larga es la cuerda de presos
Tan grande el desosiego
Que en tus páginas me sumerjo dando la
espalda
Escabulléndome de esta realidad
Don Miguel es hora de recuperar a tan
magno caballero
Con su sin par escudero, y ahí en
Barcino
¡Volver a empezar lo que nunca debió
acabar!
Epi