Susurrando van dejando entre algas y
caracolas,
Tu nombre…
Impronta perecedera, sobre la arena tu
nombre queda,
Para luego ser borrado por la espuma
Sudor salado, devenir de corona de
una tierra yerma que ya no da nada
Susurrando va en el viento, a la vez
que mis labios te pronuncian
Susurrando en fina lluvia, se va
posando sobre altos cerros,
En verdes valles…
Y por surcos rotos viaja hasta
formar charcas
Donde crecen berros y otras plantas
Susurrando queda la ira contenida,
Susurrando la vieja herida,
Gime pues…
Lengua de sangre diluida al
mezclarse con la lluvia
Que sin querer te pronuncia,
Cambiando a su paso las blancas
rosas en carmesíes
Piedra que cae y salpica el aire
vistiendo a la amapola
Cinturón blanco de engañosa pedrería,
Prendada la mirada, de ese ojo, que
en la duerme vela
Vislumbra la inmensidad de un
espacio,
Donde la noche argenta delata,
Las viejas piedras antidiluvianas
que en el cielo flotan,
En loca carrera, luces de viejos
mundos desaparecidos,
Titilantes, a más nerviosos,
En movimiento engañoso,
Mundos que ya no viajan
Pues estático queda, aquel que
alguna vez albergó vida
Más es la matemática de tu nombre
simple
Que celoso guarda las ecuaciones de
mis cuitas,
La que mide la distancia,
Es tiempo que tarda el viento en susurrar tu
nombre
Y es cuando ya devuelta…
Casi inaudible el eco, en supremo
esfuerzo te nombra
Si mi canto en algo ofende
En un susurrar, a tu perdón me
acojo,
Setenta veces siete
Todas mis faltas, mis posibles ofensas, las salidas de
tono
Los días locos, aquellos que por
simple desidia de mi espíritu
No te nombro
Pero que el aire que expulsa mi boca
Traiciona en susurro tu nombre,
que lento escapa
Dejando un suave tacto de seda que apenas mis labios atrapan
Y solo a finos oídos llega,
A quien en el corazón…
Guarda en el rumor de la primera
ola,
La primera gota de agua,
El primer ínfimo rayo de luz,
Lámpara viajera en busca del la
persona buena que tal honor ostenta,
Pues no hizo nada para ganarlo,
Tan solo boquear,
Llorar un poco con el primer golpe
de oxigeno
Que viaja a tu delicada caverna,
Movimiento de nana que mece la vida
Y es, medida exacta del tiempo
transcurrido
Manillas de un corazón
Segundero desbocado, por donde la
vida fluye
Hacía los cuatro puntos cardinales
de tu incipiente cuerpo
Con la mirada perdida en el
horizonte tras esas nubes marcha
El susurro de tu nombre...
Mujer
Epi
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