viernes, 31 de enero de 2014

Te miro y no te conozco señora



Dejamos de escuchar por qué olvidamos la palabra
Olvidamos la palabra al dejar de pensar
Dejamos de pensar por qué nos superaban las imágenes
Dejamos de ver, por qué nos dolía el corazón
Convertimos el corazón en piedra, por que el alma se
nos fue en el último suspiro.
Ahora somos como el páramo en invierno
frió y yermo.
                                   *
Nómadas, involuntarios, errantes eternos sin destino,
sin tierra propia, sin voz
Diáspora de hambrientos de amor
Necesitados de justicia
Mirando sin ver, cuencas bacías de luz
                                   *
El ladrón del sueño se llevo la mañana
El ladrón del tiempo, las horas prestadas
La memoria perdida se llevo el camino
La sinrazón y el oscurantismo,
hace tiempo que engulleron las  mentes privilegiadas
                                   *

La casa abandonada, se engalano de
hiedras hasta ocultarla
El andar perdió el estimulo al no encontrarla

                                   *

El grito mudo es el que más alto se escucha
El que más duele, el que más demanda
pero ellos han perdido los oídos
Anquilosados en tiempos pretéritos
de no evolucionar sus discursos oxidados
derraman la herrumbre de promesas incumplidas
Amargo sabor, que posa en la memoria

                                   *
Te miro y no te conozco señora
Ultrajada por  el padre,
por el hijo vilipendiada

Al mejor postor vendida como ganado
Apartada de tus hermanas
Justicia
Razón
Equidad
Como la diosa Fortuna raptada

                                   *

Ya los jinetes del Apocalipsis se acercan
Con ellos las plagas de nuestro tiempo
Despotismo
Injusticia,
Miseria
Incultura
Violencia
Arrogancia
Falsedad
                                   *

El violento hace gala, del discurso sangriento
Díos hace gala de su capacidad castradora
Sus cuervos ministriles, arengan desde el viento

Cantos de sirena, mercaderes de la palabra huera
Espías de las conciencias, apresadores de almas
Lisonjeros que a todas las mesas llegan, en todos los
platos rebañan, saqueando tus bodegas.
Comerciantes de bulas, que bajo palio sacan a esos
otros indeseables, corruptos por excelencia
Asesinos de  libertades, parásitos institucionales

                                   *

¡Tierra desierta!
¿Dónde están tus hijos?
Que vuelvan, que recojan el pensamiento antiguo
la razón y la palabra

                                   *

Bajo el árbol centenario, se encuentra el arcón
Dentro el peto, la espada y el escudo aguardan
Que los que se marcharon vuelvan
y los que quedamos despertemos de este largo letargo
Que el resto tan solo es…
Tiempo
Que no es otro, eterno y repetido…

                                                                      Epi

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