Llega
tarde el tañido de la campana, bronce forjado en mil batallas y vuelto a forjar
con fines más civilizados, suena lejana para reafirmar el lento pasar del
tiempo, que las horas del hombre no son las del astro Rey.
Huye
el viejo Andrés hacia sombras más protectoras, escasas en esa plaza
desangelada, no huye de su luz que le fascina, sino de esos calores que trae el
poniente al atravesar la sierra.
Los viejos uniformes ondean en la cuerda
floja, en el ambiente primaveral, ya se huele a pan recién orneado, a churros y
chocolate caliente. El anís corre por las copas inundando el pequeño local de su peculiar y almibarado perfume, son los
jornaleros de la corcha, es domingo y hoy no se trabaja. Llegan con sus mejores
galas, hoy bautizan a la hija de un compañero, algo tarde pero al fin se han
decidido. Las mujeres lucen sencillos vestidos con estampados de flores unas y
otras colores suaves y lisos que el sol realza y celebra, todas llevan pequeños
detalles florales en el pelo y los hombres con su traje para cualquier ocasión,
lucen en sus solapas ramitos de azahar los unos y otros el sencillo romero.
Dos
niños corren tras un aro, la más pequeña, aún no se atreve a soltar la falda de
su madre, desconfía de la gravedad, pues en lo que va de mañana lleva dos caídas,
y la naturaleza que es sabia la ha sentado sobre sus posaderas en el albero de
la plaza, va ha romper a llorar pues aun no distingue si la están dando dos azotes
o la están limpiando el vestido, la madre amorosa la llama tontuela mientras la
acerca a su pecho y le estampa dos besos, ahora dos círculos de carmín que la
pequeña extiende inocente sobre las mejillas, ríe la madre y no la limpia, será
su primer maquillaje la primera presentación en sociedad…
Ella
no lo sabe, pero hoy es un día especial, por fin le van a poner su nombre, el
mismo que la presentara, por el que llamaran para lo que sea y por el que la
regañaran cuando no se comporte y tengan que nominar, para distinguirla de sus
hermanas.
El
viejo Andrés mete sin que se de cuenta un trozo de papel en el bolsillito de su
vestido y se aparta.
Siete luceros tiene la noche
Noche de media Luna
Siete peldaños tiene la escala
Para subir a dormir en tan argenta cuna
Siete ósculos dan forma a la corona
invisible de su frente
Por cerro Marcelo, recortadas siete
sombras de mulos cansados
Vuelven ya sin sus pesadas cargas de corcho,
Que soñolientos miran
A la niña que duerme en brazos de la Luna
Siete hachazos que desnudan al viejo alcornoque
Sonrojado cuerpo, llora y la brisa
corre ha refrescar tamaña afrenta
Mientras
llora desconsolado bajo la luz de esa Luna,
Llora en silencio
Que no quiere despertar a esa niña que
dulce duerme en tal argenta cuna
Cuando
el párroco bendice con agua, la nuca de la niña un nombre resuena,
Lo
trae el viento, lo trae la primavera, la niña sonríe y la madre acepta, que sea
ese su bendito nombre.
Siete veces cuenta Andrés, las letras
que contienen
Tu nombre
Con los dedos, cuatro vocales y tres
consonantes
No
quiere Andrés que le recorten el nombre, pues dice él que son de esos que
imprimen carácter, que llenan el espacio de musicalidad y colores. Que dan para
soñar…
Permite que sea yo por esta vez quien
pronuncie tú nombre
Manuela…
Manuela
Que seas tú, la que sueñe, que la vida
te sea hermosa
Que los sueños son posibles
Sobre todo cuando te acuna la Luna
Mientras te cuenta un cuento que habla de
vida.
Andrés,
se limpia una lagrima con pañuelo de seda, despacio abandona la escena y marcha
por las sombras, que ya la fiesta es de los allegados y él no desea ser
invitado. Que si algo tiene claro de esa fiesta, es que, es para Manuela, y los
niños que corren tras el aro.
Con cariño.
Del
Buhonero o Epi.
Como siempre, que seas moderadamente
feliz, pero hoy… sáltate la norma y se todo lo feliz que puedas.
Buenas, Epi. Mucho hace que no vengo por aquí. Tantas tareas y ocupaciones me tienen un poco alejada de las letras.
ResponderEliminarUn gusto leerte de nuevo. Hermosa descripción del bautizo y un significativo final.
Un abrazo
Hola Silvia, siempre es un gusto encontrarte por estos sitios, pequeños talleres de ideas, donde manda la palabra y el pensamiento escrito. Un beso para cada uno de la familia y que sea un verano estupendo. Gracias y lo dicho... ¡Ah! Alex tiene que estar hecho ya un hombrecito, el beso más gordo par él.
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