No pienso en ella, porque de seguro ha de venir
Enamorada de mi, yo de ella
Ya estaba allí cuando llegue
Hermosa, radiante , otoñal en el mediterráneo ,
seca y árida en la meseta
Aspirante a huérfano prematuro
En el balance, más bien positivo
De aquello que no tuve,
hoy resarcido
Y me he sentido querido... hoy amado
El frío, seco recorre las cabezas rapadas de cuerpos mal alimentados
De caras al sol en días oscuros, de soledades impuestas, hacinados de dudoso futuro
De orfandad intelectual, de hábitos heredados, de espíritu inculcado
Sediento de saber, dormita sobre el papel
La ansiada libertad interior
Los primeros viajes, las primeras aventuras el cuerpo estático
La mente a mil kilómetros de aquí
Si un día aquellos pájaros de mil formas, que dormitaban en el papel,
les dio por ser legibles fue gracias a ellos,
A la paciencia de ellas, la urgencia de ellos
Si de ella sé, que venía de antiguo, ellos ya la conocian le perdieron el miedo, por el respeto...
Lo que soy, lo poco que sé, se lo devo a la observación,
la riqueza interior, mi espíritu, la grandeza del alma,
mis soliloquios, la forma de pensar... sé lo debo a los libros.
Un buen amigo, maestro en aquellos años, uno más de la familia, hoy.
Me dijo que no todo está en los libros, y tiene razón, pero con el tiempo yo aprendí "que si no todo está en los libros...
hoy puedo decir. Que los libros están en todo.
Gracias...
Epi o el Buhonero
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