Si el viejo David saliese de su letargo, si simplemente volviese a la vida, daría vuelta sobre si mismo, enfrentaría su Honda contra el nuevo Goliat, contra el pueblo, que un día fue afrentado por unos matones. Por esos Filisteos con su arma más poderosa, llamado Goliat.
Si Moisés, levantara la cabeza, no andariais perdidos 40 años por el desierto, penando las faltas cometidas, sumaría las actuales y nunca, por decir pronto seguiriais perdrdidos, sin tierra prometida, sin pastos, sin tierras de leche y miel.
Si Yahvé, se presentara ahora, se daría cuenta que el esfuerzo y el sacrificio, no han valido la pena, que seguís en el Becerro de oro , dejareis de ser el pueblo elegido, quizás se oliese la tostada y hace tiempo que renego de vosotros, que no merecéis la pena de ser salvados. Cada siglo crea a sus tiranos, hambrientos de poder, de conquistas por la fuerza, de exterminio en sí, de ese quitate tú, que ya me pongo yo.
Si el rey Salomón, regresará para impartir justicia, diría que con creces habéis sobrepasado, la vieja ley de Talion, al menos 50 veces, y os quitaría toda justificación, pues no han sido contra soldados enemigos, sino contra niños-as, ancianos-as y hombres y mujeres, simples civiles, apresados por la envenenada pinza de Hamás y vosotros, pueblo de Israel... por ése nuevo Goliat, tuerto y sanguinario, apoyado por el pájaro loco americano.
Esta guerra, que hace tiempo que dejó de ser guerra para convertirse en genocidio, en táctica de tierra quemada, todo por ganar más tierra para colonos.
¿Es que ya no queda memoria viva en Israel y el mundo, sobre vuestro pueblo, que se llevó por delante a seis millones de judíos y otras tantas razas? .
¿Tan débil es vuestra memoria, que tan sólo alcanza a recordar el aniversario de tan atroz acción?
Olvidáis, que después de esa guerra, se os buscó un sitio en la tierra prometida, no para haceros propietarios exclusivos, sino para compartir con el pueblo Palestino. Pero no, vosotros y vuestra tierra prometida, vosotros y vuestra historia, vosotros y vuestra herencia de mártires, que esgrimis a la primera de cambio, cuando vuestro pensamiento no coincide con el de la mayoría, cuando va en contra de vuestros intereses. Habéis pasado de víctimas a verdugos, vosotros que sois parte de los pueblos del libro, exterminais sin miramientos, sin vergüenza y con saña , a otro pueblo del libro. Y todo por negaros a compartir la tierra que por segunda vez os fue dada. Para resarcir vuestras heridas y sufrimientos.
¡En que os habéis convertido, pueblo de Israel! , tan ciegos y sordos, tan insensibles, de corta memoria. Y queréis nuestra complicidad, nuestro silencio, que aplaudamos vuestra atroz gesta, ¡púes no!
Sembrais dolor, recogereis hira, donde otrora había campos de cultivo y ciudades, ahora solo escombro y desolación, una hambruna espeluznante, una crueldad exacerbada, el caldo perfecto para confrontaciones futuras, pues si algo guarda la memoria del ser humano, más hondo que su corazón, esa, es la venganza, ya no dormireis tranquilos, ni paseareis seguros por vuestras viejas calles y las nuevas y futuras, arrebatadas por la fuerza y la barbarie.
Y recogeré mis lágrimas, en busca de la luz perdida , y ese bosque amigo, símbolo de nuestra amistad, ahora queda solo y vacío, marcho de Jerusalén, ciudad que ha dejado de ser Santa, sacudo mis sandalias para no llevarme nada, pues no quiero nada de una tierra que olvida. Me llevo mis versos, la palabra por que es mía y os dejo en vuestra oscuridad, sin voz sin aliento, pero con la rabiosa esperanza, que rectifiques a tiempo y volváis a ser...
"Sensibles a todo viento
y bajo todos los cielos,
poetas, nunca cantemos
la vida de un mismo pueblo
ni la flor de un solo huerto.
Que sean todos los pueblos
y todos los huertos nuestros."
León Felipe
Epi o el Buhonero