si al final del
camino no hay nadie,
ni tan siquiera la
constancia de tu breve existir
¡Que yo, sé!..., fue cierto
Pleno día verte
llegar
Cascada sonora tu
sonrisa
en los atardeceres
tristes, solo tú consigues iluminar,
en el leve
movimiento de tus ojos, infinito llegar a ellos,
cuando lo fácil es
que se fijen al pasar,
Esa que un día fue
tu morada,
gabinete de
pruebas, cantos florales a la luz de la luna,
la noche con sus
mil ruidos
Banda sonora de
breves poemas y largos silencios
Y al salir, como ladrón
oculto en la noche,
esperar a que los
invitados marchen,
saltar la valla y
en un beso superar cualquier verso
Temiendo la
brevedad de las sombras que nos protegen,
ya no quiero la
mañana, donde tus ausencias son duras de llevar,
Nada me dicen los
cantos del agua,
ni siquiera los
pájaros,
De espaldas a los
campos y las flores,
negando a mis
sentidos el relax de tanta belleza
que sin ti, es
muerta.
De espaldas a la
vida, en tu ausencia,
duro castigo, me
infrinjo y a morir no llego,
¡Presto! que la
noche llega, y en este decrecer de la
Luna,
aguardo a que sea
plena
La brisa nocturna inclina a su paso las mieses,
mar de tierra
adentro, olas que la luz argenta crea,
pequeñas esmeraldas
lucen en intricados recovecos,
en la noche plena,
amapolas negras, largos caminos de plata,
en esta brevedad
que da paso a la vida,
Yo cohabito en el
sueño y me niego a mirar al Sol,
por no aceptar que
ya no estas,
todos los momentos
se han convertido en breves
tan solo guardo tu
imagen,
En ese leve
parpadeo, abrir de oro, cerrar en plata
y las más de las
noches, cuando tú no estas,
una estrella lanzo,
luz nueva que no alcanzo,
pedazos de la
memoria, agua de lagrimal finito,
con el rocío de la
noche se confunde,
Languideciendo en
la tibieza de los amaneceres
Belleza breve que ennoblece,
el pétalo de tus
labios en mil flores
y cerrando los ojos
beso.
Y tú, etérea en mil rosas sobre el horizonte apareces,
Y tú, etérea en mil rosas sobre el horizonte apareces,
para Luego no ser,
Desanduve los pasos que a ti me llevan…
sólo, deseando la
noche,
para saltar la
valla,
y en un beso volver
a superar cualquier verso… amor te espero
Epi
Epi
Muy bonito, Epi. ¿Cuántas veces no hemos desandado pasos que nos llevaban a otras personas? Me quedo con: "Y tú, etéra en mil rosas sobre el horizonte apareces, para luego no ser..." Me gusta ese verso.
ResponderEliminarUn abrzo
Gracias Silvia, un abrazo y a seguir bien
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