jueves, 18 de abril de 2024

Esther , Ishtar, Izar

 Palabras,  Palabras,  el viejo Tomás las pescaba en el viento. Él que era de pocos sonidos, le encantaba plasmarlas en retazos de papel, en las orillas de las servilletas del bar , mientras sorbía con sumo deleite el vermú  del medio día . Siempre en el parque del retiro.

Parroquiano impenitente,  noviembre era  su mes de calma, cuando  el otoño  marcaba la decadencia de suaves primaveras,  y la reñida retirada de los cada vez más persistentes veranos.
Se dejaba mecer por la suave brisa, entretenido en el revuelo de las primeras hojas caídas, creando un manto de ocres y dorados a los pies de los vetustos árboles,.
  Los trileros iban ocupando sus sitios estratégicos,  para atraer a sus víctimas del día a día,  evitando en lo posible la vigilancia de los guardias del parque.  Un sin fin de caras pintadas, pequeños retablillos de marionetas y venta ambulante , buscavidas de todas las ilusiones. Manos tendidas de necesidad,
miradas de amor y hambre, locos que perdieron la gracia de la luna,  pálidos rostros  de solapas levantadas, y  mirada huidiza .
Jóvenes aprendiendo a suspirar  de besos furtivos,  manos que en su constante pendular, sonrojan las mejillas que provoca el falso azar de una caricia. Griterío de niños jugando, al tu la llevas, calma quieta, agua quieta espejo de almas que ya no volverán.  Nostalgia de paseos en barca de amores perdidos.  Duermen en su pequeña ínsula , pasadas contiendas retazos de dolor, abrazos de paz, de no volverán  a pasar y de memorias volátiles  que por olvidar habrán de repetir irremediablemente.
No sabe cuando pero, al principio fueron pequeños detalles, que se fueron ampliando en lagunas de olvido, donde andaba perdido por momentos, sin saber donde estaba, andando sin dirección,  con las manos   crispadas de ansiedad,  dentro de los bolsillos.  Busca con premura al eterno ángel caído, refugio de su espíritu cansado,  los últimos reflejos del ocaso, donde ya más tranquilo,  letra a letra su cabeza dicta a su mano que a modo de lápiz porta una pequeña navaja , y en el pedestal a los pies del ángel con suma paciencia va enlazando las letras que le dicta  su cabeza, 




el nombre de su único amor... Estrella.
          

                                    Epi o el Buhonero

                           25 de noviembre de 

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