martes, 9 de junio de 2015

¡Y me ha dado pena…!



 
He visto como la tierra apartaba a tu paso
los guijarros y las secas taramas
Llenar de fina arena los agujeros 
para que tu andar no sufriera
He visto a la tierra
y así bendiciendo tus pasos
Besar tus huellas… y me ha dado pena.

                    *        *        *
Tu cabello suelto, he visto ondear al viento
Bandera de mi patria más intima
y como al cesar, este descansaba sobre tus hombros
Hermosa crin, oscura como la noche  
Brillante al alba… y me ha dado pena

                    *        *        *
He visto al sol, suavizar su fortaleza,
para que tus ojos no se cegaran,
Pequeñas almendras, de negra aceituna en las sombras,
luminarias de mis cuitas, faro donde mi barco se acercaba
Y en la bahía de tu cintura atracar esta nave cansada… y me ha dado pena

                    *        *        *
He visto como tus manos, posaban suaves
sobre esa cordillera de flores perfumadas
Para luego subir a tu boca,
Besarlas y preñarte con deleite del  aroma que despliegan
… y me ha dado pena

                    *        *        *
Porque hoy te he visto, y no te he dicho nada
Porque me canse de mirar lo que más anhelaba
Hoy  he visto como tus ojos me buscaban,
pero los míos ya ciegos estaban… y me ha dado pena

                    *        *        *
hoy he visto como el agua clara contigo retozaba,
cubriendo de diminutas lágrimas tu breve cuerpo de marfil
Asemejando perlas que a la luz reverberaban… y me ha dado pena

                    *        *        *
Por no ser firme como la tierra
Por no bendecir tus pasos cuando a mi se acercaban
Porque mis labios se agrietaron y no besaron esa leve impronta
que de ti  me alejaban
Porque tu cabello hecho jirones, no he sabido darle el descanso
Cuando mi aliento declinaba, y tuve celos del viento
Y mis torpes manos no supieron dar sombra a tu mirada
para que el sol no te cegara  
Queme mi nave,
 ya no hay nadie en la bahía de tu cintura,
Tan solo unas manos cruzadas que descansan después de la jornada
Y las flores a mi paso la espalda me daban, para no recordarme
Negando la fragancia que tus manos les dejaran
Y quise ser tierra, viento y sol
Quise ser el agua, que guarda la memoria de estas lágrimas robadas
Pero fue mi grito de dolor el que por fin te alcanzara
Y ya es tarde amor, pues como estatua de sal, pedestal de granito
Donde mi corazón marchito su amor te declarara
Por que no quise quererte, porque no quise cambiarte
Amarte y solo amarte, deje que te marcharas
Libre, sin cambios pura como te conocí…
Hoy que ya no estas, en tu pecho una flor
… en mi corazón una daga
                                                       ¡Y me ha dado pena…!

                                                                                 Epi

No hay comentarios:

Publicar un comentario