Una
tos bronca, un esputo, la vista nublada, se mira las manos y entre una y otra
cincuenta años, solo ve vacío, desolación, hasta que ellos digan basta. Diez
talentos al nacer, y tendrá que dar cuentas al hacedor, no tiene muy claro
quien, pero es sabido, que es una cita
ineludible.
Le jode sobre
manera esta esclavitud impuesta desde la cuna, este dirigir su destino sin su
permiso. Llego al paraíso con una mano detrás y otra delante. Cosechador de
historias, lector empedernido al que un día le dijeron “Que no todo esta en los
libros, que fuera en la vida hay más” y es cierto, no todo esta en los libros,
pero el dice que “que los libros están en todo, tan solo es la vida poética,
contada de otra manera, más reposada, sin filtros, aderezada con cierto estilo,
por que la dureza de la misma, necesita distancia para objetivarla, necesita
distancia para disculparla, para no pedir cuentas. Adormecerla lo necesario
para seguir comulgando cada mañana con el bendito sol.
Adán y Caín, ¡nada
de Abel! que nunca se le ocurrió hacer
la pelota al mandamás, aun no entiende esa forma de putearse de la raza humana
hacía sí misma, consignas viejas y nuevas, días conmemorando utopías. No es que
la vida haya sido mala, no seria justo de su parte, un poquito de todo, días de
color y oxigeno, días turbios, desolación del alma.
Soledad impuesta
por el devenir, impuesta por otros que pensaban que era una propiedad, unas
veces lobo, la mayoría cordero, corazón grande recubierto de escamas de acero,
sólo para que no le hicieran daño, mente privilegiada, por donde escapar del
frío, y en la calidez del ensueño refugiarse en esos mundos paralelos donde
solo tiene cabida él, en ese ranchito particular, donde se siente parte del
todo. Capacidad de abstracción que tiene el ser humano para sobrevivir y con la
ayuda de cronos, amortiguar las caídas, cicatrices viejas, que cuentan
historias, levanta la vista y sonríe, caras amigas, el las eligió, no todo se
le iba a imponer. Y ese amor que se le sale por los poros, parte de todos,
cuando todos se marchan, los ojos se le cargan de humedad y en su soledad hace
planes imagina vidas que nunca podrá realizar fuera de ese mundo onírico. Y
siempre habrá quien le diga que es afortunado por estar hasta el ultimo aliento
rindiendo cuentas a la hacienda y todo para mantener el ritmo de bienestar
insultante de esos que no viven en su mismo barrio, de esos que no conoce y que
tan solo si los ve en televisión es por que se han muerto delegando sus bienes
forzadamente sobre otros que seguirán reventando al personal para no perder esa
noción del paraíso tan particular. Ellos saben que esto es lo que hay, y se
trata de estar bien situado, reventando las cabezas necesarias, masacrando las
libertades y tachando de vagos a aquellos que no contribuyen con su esclavitud,
para seguir manteniendo el tren de vida, de buena vida de esta panda de
mamones, que viajan siempre en privado, veranean en pequeños paraísos exclusivos
mientras el resto de desgraciados se
parten los cuernos, con antidisturbios, con recortes, con profanaciones, viendo
impotentes como van desmontando sus recuerdos, como hunden despacio su nave
para dejarlo varado en una playa, acompañado de todos los desahuciados,
moridero donde si o sí acaban todos los
desahuciados, con una falsa palmada en la espalda, un gracias y ese
reconocimiento a los servicios prestados a la sociedad, ja, ja cuanta
hipocresía, engalanar la desgracia para ponerla de ejemplo a futuros incautos,
reconocimiento tardío, vamos dar coba al personal, para que todo siga igual de
inamovible que siempre…. En fin, gracias por estar en este seudo paraíso,
gracias de corazón a aquellos a los que llama amigos por estar ahí. Y disculpen
si no esta de acuerdo, con esta forma de seudo vida. Por que piensa que deberían
de haberle permitido a él y a todos una retirada a tiempo, cuando aún le quedaban fuerzas para
disfrutar de ese largo invierno, que se instala despacio en su ser, en ese triste proceso, en esa
metamorfosis que es la memoria colectiva de los viejos, para contar
experiencias y batallas ya terminadas…¡joder que mierda…!
…Y aun así,
sonríe, y celebra la vida como el mejor de los regalos
Epi
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