jueves, 5 de junio de 2014

***Desde la Soledad del Fumador de Fondo*** La ciudadana que gano" un minuto de gloria", o el Príncipe que perdio "un minuto de oro"



Se le supone una buena preparación, al igual que tablas en este retablillo de la vida.
La conversación empezó bien, con educación por ambas partes, bien preguntado y bien contestado, cada uno en su postura. Ella abogando que desea el trato de ciudadana y no el de súbdita que si iba a plantear Republica o Monarquía, y él, que existen unos cauces en la constitución donde dirigir sus peticiones.

“Cierto que existen y que el ciudadano debería de exigir a sus representantes políticos tal consulta o promover la idea. ¡Eso sí! como dice el viejo Califa, con las ideas claras, sin mirar atrás y trabajar para que sea serio el proyecto de estado que queremos”.

Todo correcto  hasta aquí, pero le salen las moscas asesoras o cojoneras, esos que iban detrás, metiendo baza, sin educación, saltándose al Príncipe e interrumpiendo. Consiguiendo poner nervioso al susodicho, echando abajo el deleite de una conversación a pie de calle con una ciudadana o posible súbdita.

Yo me hubiera puesto nervioso igual, pero me hubiera dado la vuelta y con educación les hubiera pedido que no interrumpieran la conversación, llanamente porque es de mala educación. Me hubiera sentido ofendido, por que no se si son asesores de la casa real o un par de trajeados que hoy les tocaba acompañar al Príncipe.

Pero parece ser que los grandes de España y entre los grandes el Príncipe que por toca constitucional, por gracia divina y por que se supone un derecho adquirido, el heredero de un Reino y de cuarenta millones de súbditos,  no debe mancillarse con el pueblo que le sustenta, el ciudadano o posible súbdito, no puede ni debe osar hablar directamente, “como debería ser habitual” entre alguien que dice ostentar los derechos a mangonear nuestras vidas y al que supuestamente debemos lealtad  (que esta, hay que ganársela, no viene por derecho divino y recordarle que en este país, desde la transición los ciudadanos han sido (¡Juan Carlistas! pero no monárquicos). Es decir, los ciudadanos aceptaron popularmente al Rey su padre y como ciudadanos es lícito que nos pidan opinión, si queremos Monarquía Parlamentaria, una Republica o habas con jamón.

Para entendernos, lo que empezó siendo una toma de contacto con el ciudadano de a pie, acabo con un “Ya has tenido tu minuto de gloria” un salirse por la tangente, con muy poco estilo y visiblemente molesto.
Decirle que no puso a la ciudadana en su lugar, sino que la aparto de malas maneras, regresando usted a su burbuja Principesca.

Que poca visión una oportunidad como esta, para ganar simpatías y posibles adeptos,  que no llama dos veces a la puerta. Y todo por que el supuestamente preparado personaje de esta historia, a sus acompañantes no les ha dado sensación de estar “preparado” y que se estaba metiendo en terreno pantanoso.

En fin, el padre tuvo un valido, honorable e integro en la figura de Adolfo Suárez, que llego a tener los redaños de montar unas elecciones nacionales, por que quería una democracia real y ser elegido por sufragio.

Y tú, Príncipe, no tienes nada ni nadie que te avale.  Tan solo eres Felipe el hijo de Juan Carlos, el que renuncio al poder absoluto para devolvérselo al pueblo soberano (eso sí, con unos costes adicionales) de lo que se deriva la parte pactada de tu envestidura como Rey de España y Jefe del Estado, porque así quedo en la Constitución del 78.

Se dice que las ocasiones las pintan calvas y hay que cogerlas por los pelos.
Para un estreno con el pueblo llano, La pifia en verso en el intento ¡voluntario o no!, de  humillar a la ciudadana en este caso y por ende al resto de ciudadanos que no súbditos, con esa frase tan manía y falta de originalidad de “Ya has tenido tu minuto de gloria” fíjese usted, quizás la ciudadana sin desearlo, usted le ha regalado un minuto de gloria. Y gracias a esos que le acompañaban, ha salido  usted perdiendo un valioso “minuto de oro” del que anda tan necesitado.

Volviendo a la realidad de este país, acrecentando la distancia entre ustedes “Príncipes y Políticos”  y el pueblo llano…
¡Por un minuto de gloria, valiente salida! Sepa que no hace falta un minuto de gloria por salir en Televisión, hoy hay un centenar de medios con las nuevas tecnologías, no para tener un minuto de gloria, sino toda una vida.

Sea usted Rey, de quien quiera ser su súbdito. Yo como la ciudadana de turno, deseo ser ciudadano y seguir siendo súbdito de mis debilidades, mis errores o aciertos, súbdito de mis amistades y ciudadano para lo que usted y ustedes deseen, siempre que sea legal y piensen en el bienestar de cuarenta millones más de ciudadanos…

¡Ah! ¿Republica, Monarquía? a mi personalmente me la  “refanfinfla”, tan solo quiero lo mismo que dijo aquel: “Que el que gobierne, sea decente, honesto, honrado e intachable trabaje para el beneficio general de los ciudadanos y no de particulares…

    ---------------------------Buen día…  Salud y cordura------------------------

                                                                                                             Epi

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