viernes, 20 de diciembre de 2013

Volverte a ver… mujer



De no verte mis ojos ya no miran,
De no sentirte mi corazón ya no siente,
De no oír tu risa mis oídos se han vaciado
y como meras caracolas el sonido de la nada amplifican

De no sentir tu risa, mi semblante se ha agrietado,
como la tierra yerma de los paramos,
De no andar a tu lado mis pies en  la tierra se han clavado,
como estacas viejas hacia un lado inclinadas,
Árbol seco que el viento y el agua golpean

Y el sol impasible,
con su luz y calor todo revienta y como la tierra donde me hallo
de surcos esparramados,   como sarmientos secos
mi alma y mis sentimientos han arrojado,

Crisálida abandonada por su moradora,
que hermosa ha volado,
Ya nada ni nadie por aquí pasa,
desde que me has olvidado

Solo una rama de esperanza, en el suelo hollado,
donde un pequeño hilo de agua corre, esperando lo inesperado.

Que mis ojos te vean,
Que el corazón pulse
Que mis oídos se llenen de tu risa,
Que los paramos verdeen con la sola promesa
de tu presencia invocada

Para  así, cuando a mi lado pases,
mis viejos pies anquilosados despierten,
y tu marcha acompañen

Para ser tú sombra en tu descanso,
Que las hojas nuevas, traen la sinfonía de voces
que el viento al moverlas provoca,
dejando espacio a la luz,
y titilando ellas te hablen,

La tibia mañana, entre el aroma de las flores
delata tu esencia y en ese instante todo queda
preparado,
Todo para tu espera

Que mis pensamientos te lleguen,
y te recuerden que estoico espero
por tu boca ser llamado


Y renacer en las fuentes,
ulular con el viento a donde este me lleve.

Para así de nuevo renacer
Para, por un instante
volverte a ver… mujer

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