martes, 25 de marzo de 2014

...¡Amigo!



¡Y digo yo… ¡
Al Cesar lo que es del Cesar,
La púrpura de los emperadores,
Los laureles ganados justamente en la batalla,
El pliego de los escribanos, de su puño y letra como justo báculo.
En tercias y menguando va la Luna,
despidiendo sin prisas al hijo amado
                                   *
Atrás quedan…
El dolor de las ausencias,
El dolor de las traiciones el abandono de los amigos
Marcha solo el estadista
El exegeta de la palabra
El gran conciliador
El arquitecto de una paz consensuada a trancas y barrancas

                                   *
El guerrero en la sombra…
Dejó que fuera el rostro amable, quien llevara la carga,
Que es de gente noble de gente humilde,
llevar sufrimiento por dentro
                                   *
Nació del pueblo en críticos momentos, ¡con mala estrella si cabe!
…Pero supo remontarla
En un mundo convulso y cambiante, cerrado en si mismo,
Vio claro el final de túnel, trabajando duro para levantar la niebla
Que este mundo se diera cuenta
Que la democracia en su estado más puro, era posible.

                                   *
El ultimo Caballero Andante
Con pluma por adarga
Con pliego por escudo
Caballero y escudero todo en uno,
De verbo conciliador… mano amiga.

                                   *
¡Contra! gigantes y molinos,
¡Contra! odres de vino,
¡Contra! ejércitos de ovejas,
¡Contra! dogmas e iglesia,
¡Contra coronas y monarcas que no lo veían del todo claro.
Con poco más que un sueño… Con una quimera

                                   *
                                  

Él sin quererlo grande…
Por el dedo del monarca señalado.
Con algún que otro personaje más,  al oscurantismo fue desterrando
Que era tiempo de  vida y la suya fue marchitando
Si hubo un desnudo madero fue en esta España,
y demasiados carpinteros,
Más de una vez tuvo que acallar a esos pretorianos
que lo tacharan de traidor
A los viejos fariseos que temían,
como su mundo de dolor ajeno se les iba entre los dedos,
Soporto el ataque fiero, de los nuevos lobos con piel de cordero.

                                   *
Que para todos tuvo espacio…
Sin menospreciar el número por alto o por bajo.


                                   *
Y su sueño fue más allá,..
Con un amor a esa España dulce, dulce…  Dulcinea
En un lugar de la tierra, que es imposible no acordarse.
No le fueron buenos los idus de marzo,
pero él ya sabia que Brutus le saldrían, acechando en el arduo camino.
Que necesidad tenían, si los estaba sacando de la edad del hierro,
a esta otra del dorado
Tan lejos…
¡Tanto, que lo temieron!
¡Tanto! que contra uno solo, todos arremetieron.
Viejo caballero, no tuvo ni escudero en los últimos lances tan fieros.
El dolor lo fue alejando,
Sus ilusiones puestas se fueron troncando
El amargo cáliz le estaba esperando
Como buen Sócrates, con dolorosa sensatez
la cicuta de su copa fue apurando

                                   *
Vio como la vida de los seres amados se fue apagando
A él, que todavía por las gentes del pueblo seguía siendo amado
En los idus de marzo la bella señora vino a reclamarlo
Ya su memoria de caballero loco se encargo de protegerlo
Pero el tiempo es acabado, y lo que un día nace y brilla dos veces
…Es siempre reclamado,
Quien sabe si en el último halito de vida fue cuerdo,
El primer y último caballero
Honrado y honesto,
Que combatió por un ideal hasta perder el aliento

                                               *          *          *
Por el salón de los pasos perdidos, sin una voz más alta que otra
Sin un dolor más grande que otro, un pueblo pasa, mira se santigua
y cuando sale a la calle llora por no enturbiar el sueño del  padre, del hijo,
del Presidente elegido.
Por acompañar, un instante, en el  último viaje al que podemos llamar sin miedo,
sin vergüenza…¡Amigo!

                                                                                                   Epi

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