¿Quién es mi musa…?
Un giro de tu cabeza
Una furtiva mirada
Una noche oscura, una
duda en el alma
Tu risa, su risa, todas
las risas, son el viento modulado
que se instala en el
alma, tan solo notas que se escapan
de la flauta de Euturpe…
*
Y de nuevo una mirada
Un quedarte embobada,
dulcemente perdida, extasiada
Un, no pasa nada y la
vida sin control se desborda y pasa
Es la antesala de Eratos,
donde el más leve roce embelesa
suspende la razón, en no
se que mundo de sentidos idos,
arrebatos de pasión,
cautivos del amor…
A la sazón dulcemente
perdidos.
*
Un niño sentado, otro que
se levanta, dos que corren
Tres que saltan, una
graciosa mirada y una inocente pregunta
Que rompe la calma.
Una música suena, nos
devuelve al pasado con añoranza
dando paso a esta
comedía, Talía, sentada bucólica observa
que hay flores en tu
pelo, guirnaldas en el cielo
Son los juegos florales
que estamos de fiesta
hasta llegar la alborada-
*
Escucho cuanto comentas y
el como lo cuentas ¡éxtasis que
levanta!, las emociones olvidadas vuelven a sonrojarla.
Con pasión rememora
mientras los ojos delatan esa comunión con la nostalgia, uno que es largo, y
algo ladrón de sentimientos y esperanzas, con el dato se queda y celoso lo
guarda.
Una, dos, tres, cuatro,
cinco, seis, siete, ocho, nueve,…
Les Neuf Soeurs, nueve
musas
Nueve pequeñas razones no
bastan,
*
El párrafo leído de una
trágica historia
La frase perfecta, el
sentir del poeta
Parte de una conversación
escuchada al azar
El lió de tu pelo entre
tus dedos
Un grito en la calle, el
sonar de sirenas que la vida acaba
El llanto de un niño que
la suya despierta.
Una imagen una
instantánea.
Un tiro que cruza una
plaza,
¡Un momento de ira, dos
lagrimas!
Un volver mi cabeza y
donde había inspiración ahora no hay nada…
*
De pie, la espalda
apoyada en otros mundos
El telón que lento se
levanta en una esquina de eso que llamamos alma, la melodiosa Melpómene, expone
su tragedia, mientras Caliope la de la bella voz nos canta una historia, dejando
paso a Polimnia que invoca lo sagrado en breves versos sacros y Clío en el centro nos narra la epopeya de
esos mundos perdidos, donde un día los héroes, los hombres y los dioses
rivalizaron por el esplendor del conocimiento, donde todo era consultado a la Celestial Urania
que buscaba respuestas en las estrellas. Bajando lento el telón, se van
retirando los actores del alma, siendo Terpsícore la última en desaparecer de
escena, mientras en una sutil danza, en un susurro se acompaña recitando viejos
versos, de aquellas musas olvidadas.
Les Neuf Soeurs… las
nueves hermanas, las nueve musas, que si persigues, se espantan.
Para mí… mi musa
simplemente, es ese estado del alma, al que no persigo. El conjunto de todo
y a veces una sola razón me basta, un giro, un guiño, una sonrisa, algo de
melancolía, una palabra… Y de nuevo una mirada, con eso basta
Epi
Epi
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