Entre brumas, lentamente despierta la mañana
Sobre las hojas, pequeñas
gotas de rocío recamadas
testigos de la madrugada
que tiñen de matices dorados, la angosta negrura del
bosque.
La vida se derrama por
doquier, desgranando un día más.
Sentada sobre el viejo
árbol, espera, paciente que el sol penetre
zarandeando con su canto
a los seres que aun duermen
El coloso estira sus
brazos y llega donde imaginar no puedas
verdes retales de musgo
acompañan la paleta de colores
de este singular artista,
que infatigable se renueva.
El viento recoge las
primeras voces,
esparciendo las viejas
charlas de ayer.
En deliciosas cabriolas
el agua de los arroyos se despeña
salpicando la vieja
corteza de árboles centenarios
humedeciendo sus agrietados
labios
Agua que a de recorrer
sus anillos concéntricos,
refrescando en ellos la
memoria del mundo
Pesados se mecen, por
quitarse de encima las telas
que la hiedra en su
ímpetu por conquistar los cielos
medra ante talles tan
imponentes, pasando de rama en rama
hasta llegar a lo más
alto
y así conquistar su
espacio de luz y aire.
En ese medrar
constante, tejen el nuevo traje
con hojas muertas, musgos
y líquenes,
de pequeños helechos al
viejo árbol visten,
que su sombra es
precaria, pues su tiempo es pasado
y de sus vestiduras
originales carece
Sombra donde descansara
la amada,
Sueño de primaveras
pasadas
en su lugar pequeños
seres, de su tronco
su morada han hecho
Pero aun se resiste, retorciendo
su vieja raíz,
afianzándose en un abrazo
desesperado a la piedra
Negando lo evidente,
que el tiempo,…se sabe
que pasa inexorable y no vuelve
Tan solo el deseo de un
día más,
sus cansados brazos en
cruz
consiguen apenas, esa verticalidad,
que peligrosamente el
viento y el tiempo mecen.
El lucero de la tarde ,
testigo mudo
de todas las épocas,
observa la caída del
coloso
Un crujir de brazos que
ya no soportan, estampida
de vida, su luz cubre al caído,
con manto fino
Lentamente el polvo
vuelve a ocupar su espacio,
sumiendo en el silencio
el especio dejado
réquiem mudo,
anónimo entre los caídos
Llega el nuevo día
la mañana, puebla de
cantos la ausencia pasada,
Donde hubo muerte
ahora hay esperanza
es sencillamente... la vida renovada. Epi
Muy bella descripción de la muerte del ayer y del renacimiento de hoy. Todo lleva al renacimiento de alguna manera (pienso yo).
ResponderEliminarUn abrazo
Sí, tienes razón... Simplemente es el curso de la vida, pero sin ruidos que la distorsionen ni dramas exagerados... Un abrazo
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