EA, MI NIÑO ¡CON UN PAR!
La pérdida de
la razón, cuando el orador no es convincente, cuando las palabras y las ideas
se enquistan, cuando lo que tu boca dice, el gesto lo desmiente. Dejando paso a
la sin razón, al ordeno y mando, lo que nos lleva a la citada frase de “"Venceréis pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis
sobrada fuerza bruta, pero no convenceréis porque convencer significa
persuadir", de Don Miguel de Unamuno…
Así asistimos, a la aptitud
de prepotencia, chulería y despropósito del señor Ministro de Justicia, cuya
falta de imaginación, nos deja claro la postura del Gobierno, regresando a
nuestra memoria, algunos espectros del pasado, por los que debe sentir este injusto
señor, cierta simpatía.
A la pregunta de Jueces Para la Democracia “la reforma
de la ley sobre el indulto, para que no siga concediéndose de forma abusiva,
arbitraria y sin ninguna explicación”.
El Ministro de Justicia contesta:
“que no iban a cambiar la
ley, porque pensaba que el Gobierno debía indultar a quien quisiera y sin
fundamentar sus decisiones. Como va ha dejar desprotegida a esa Casta… ¿de
donde salen ustedes?...
Ea, mi niño, ¡con dos cojones!
Por eso en el año 1988 se
indulta a un golpista, que de haber conseguido su objetivo no le hubiera
temblado la mano al firmar sentencias, como otro Dictador más. Esto ocurría
en Era socialista.
Diez años después 1998, en
Era Popular se indulta a otros dos señores, que se saltaron todos los
obstáculos legales, para ponerse a la altura, de aquellos que mataban, raptaban
y exigían un pago con el único objetivo de mantenerse en su violenta aptitud
todo el tiempo que pudieran.
Es lo que tiene, la
alternancia, que entre colegas se protegen. Utilizan los resortes y los para
bienes del estado para uso particular, para perpetuarse en el poder
eternamente, para delinquir impunemente, colocar a sus lacayos en todos los
puestos de poder para ir asfixiando el estado de derecho y los supuestos
poderes, como el legislativo, ejecutivo y el judicial, haciéndolos totalmente
inoperantes. Y así conseguir salir indemnes. Quedando todo enmarañado bajo el
poder ejecutivo
Y no se engañen, los
expedientes no se pierden, ni desaparecen, se apartan de la vista, se ocultan a
la memoria, pero de perderse nada, que vivimos en una sociedad de coacciones y
de verdaderos profesionales de la coacción…
Epi
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