viernes, 10 de enero de 2014

Hablando con el visionario de la Quinta del Sordo



                                         Hablando con el visionario de la Quinta del Sordo

Muchos años de clandestinidad, fueron forjando una nueva orden, heredera de los antiguos slogan de principios de siglo, dos republicas, en alternancia con dos dictaduras, la segunda fue la más dura y la más duradera.
Una confrontación civil, un no ponerse de acuerdo en las ideas, intransigencia por todas partes. Un abanico de posibilidades, que por desgracia se fue convirtiendo en afán de poder y protagonismo.

Atentados en las calles, consignas contra el poder establecido, diferencias sociales abismales, la perdida de un tiempo trasnochado, de un imperio venido a menos. Revueltas independentistas, promovidas por terceros con intereses ocultos, salir de Guatemala para meterse en Guatepeor, en la boca del lobo, con piel de cordero. Se estaba dibujando a nivel mundial el nuevo mapa geopolítico. Los nuevos señores extendiendo sus tentáculos.

Por parte del antiguo Imperio, un, no saber retirarse a tiempo, el no haber negociado una devolución honrosa. Querer por la fuerza mantener lo que un día usurpamos, en vez de negociar. Los mismos caciques de aquí, exportados a las colonias, la misma prepotencia y autoritarismo, el mismo sistema de clases. Tanto tiempo y no aprendimos.
Mientras el mundo se convulsionaba, iba cambiando de aspecto, los más listos se posicionaban para el reparto de la tarta, que traería sangre, genocidio, asolamiento y destrucción por doquier. Preparándose para combatir a un enemigo común y universal.

Nos convertimos en los tenderos de la gran guerra, el dinero entraba a espuertas, pero siempre en las mismas manos, mientras la clase social más débil, seguía hambrienta e inculta.
Mientras la antigua orden, la que llegaba desde el inicio de los tiempos, la que siempre, contra viento y marea se  había mantenido en el poder más absoluto, conspiraba en sus ateneos, en sus casinos de mercaderes y empresarios, confabulaba con el clero, bailaba con los militares y coincidía con las ideas del gran enemigo universal, en la primera Gran Guerra y en la que se avecinaba en la siguiente y más desoladora.
Esa vieja oligarquía que se negaba a perder sus derechos, derechos que estaban por encima de la nación, derechos para unos cuantos elegidos, empezaron su cuenta atrás, el gran salto que los pondría en primera fila. A la espera de los designios de su Dios patrio, a la paciente espera del gran Caudillo de la guerra, en el que depositarían, todas sus esperanzas, con unos beneficios del ciento por ciento. Caballeros de antaño, agrupados como los otros en sus logias, cortos de visión, harían con su esfuerzo, retroceder al país que tanto decían amar, otros cincuenta años.

                                                           *

Sumergidos durante cuarenta años, doblegados, exterminados por pensar diferente, ajusticiados por reclamar lo que en derecho, pertenecía a todos y no a unos cuantos elegidos. No se salvaron ni algunos de los propios, que se cuestionaban y reclamaban, más cuotas de poder. La pérfida Europa nos dio la espalda, condeno a toda una nación a este cruel destino, en aras del beneficio propio. El nuevo mundo nos devolvía golpe por golpe, los atropellos del pasado. Se dieron cuenta a tiempo, que era más jugoso mantener a un genocida en el poder, mientras este no se moviera de su sitio, y respetase los intereses del resto del mundo y este mundo hipócrita los intereses del Caudillo y la gran familia, amparado a la sombra del gran Dios, bajo palio y bendecido por su representante en la Tierra, y sus ministros retrógrados posicionados en la Católica España. El resto de sus habitantes, como se pudo comprobar en las grandes guerras, “era sencillamente, reemplazable”.
Pero todo acaba, ¡tarde!, pero acaba. El mundo volvía a cambiar, nuestros vecinos Lusitanos, hicieron su revolución de los Claveles, y el monstruo fue derrocado, la vieja Cuba a golpe de revolución, dejo de ser el patio de atrás del nuevo Imperio Romano. Por desgracia a la larga entre embargos, y autoritarismos revolucionarios se fue quedando sola y aislada.  Y así, colonia tras colonia, país tras país, con más o con menos sufrimiento fue recobrando su libertad e independencia.

Saltaron las alarmas, se hicieron más autoritarios, el miedo y la desconfianza los hacían más peligrosamente torpes. Torpezas que aun segarían muchas vidas. Empezaron a cuestionar desde dentro, la situación del país, la división abismal entre unos y otros, incluso los militares y la curia fueron, lentamente cambiando de pareja, de sistema, primero en susurros y luego a grito pelado.
La muerte del Can-Cerbero, que salio volando, en el impulso de una bomba, solo el viejo Caudillo lloraba su muerte, el fin de una forma absolutista de ver el mundo y la vida, la suya y la de unos cuantos buitres que vivían holgadamente, mientras él, sin que le temblara el pulso, mantenía firmes y sumisa a toda una nación. De este tiempo oscuro y gris, heredamos dos cosas por partida doble. *La alternancia de los nuevos caballeros de la orden de la ROSA y los viejos y sempiternos caballeros de la orden del Pájaro, cambiando el águila bicéfala por la estilizada GAVIOTA. * Las dos ordenes, con las mismas pocas ideas de antaño. Que viene el coco comunista, que viene el facha fascista.* Que esto va bien, que esto va de cojón de mico.

                                                           *

¿Quien te ha contado semejante historia?
¿Sigo…?
Bueno,  tengo tiempo y nada que hacer

Llego la tan cacareada democracia, fuimos paradigma y ejemplo de transición. Se cocino todo entre ellos, se pidieron entre ellos, borrón y cuenta nueva. La Corona, seria constitucional con pingues beneficios, la antigua oligarquía en todos sus estamentos quedaría tal como esta, sin sufrir persecución ni juicios sumarísimos y quedarían aglutinados con el tiempo baja el vuelo de la GAVIOTA. Los  de la nueva orden de la ROSA, recuperarían su sitio histórico y los bienes perdidos, así como los agentes sociales. Pero como siempre se olvidaron los unos y los otros, de la nación, de los que habían sufrido el ostracismo, la persecución y los abusos.

Y entre  alternancia y alternancia y un poquito entre todos, por mirar hacía otro lado, como suele pasarnos en este bendito país.
¿Que paso?
Pues que entre unos y otros…

 La golpearon sistemáticamente  hasta astillarles las piernas por debajo de las rodillas, le vaciaron  los bolsillos, le quitaron la cartera, desfiguraron su rostro y cuando no quedaba sitio por husmear, ni parte blanda vital, para seguir golpeándola y marcándola, la abandonaron… En honor a la verdad, fueron desplazados, que tantos años de maltrato cansan al más pintado, le llenan de vergüenza por haber sido espectador pasivo, por participar de esta orgía de poder desmesurado. Mientras los asesores de imagen la maquillan, y los escritores de slogan publican a pie de hermosas fotos “Ella va bien”…
Después los agentes sociales, peleando por naderías, consiguiendo bagatelas mientras se llenan los bolsillos y la panza en festines, en una bacanal sin límites, ensuciando el nombre de los que  si creen y trabajan. Comulgando con los grandes,  los elegidos, los intocables. Perdiendo su independencia, perdiendo la confianza de sus defendidos, perdiendo la única fuerza que les hacía fuertes ante los poderosos. Hasta no llegar a distinguir a UNOS de OTROS, es lo que suele pasar, cuando te acostumbras a alternar con los Caballeros de la ROSA, con los caballeros de la GAVIOTA.

                                                           *

Y por fin lo han conseguido, cuando apenas éramos chiquillos, una joven democracia, con ganas e ilusiones, nos fueron envenenando despacio. Tarde nos fuimos dando cuenta de que no tenían ganas de cambiar, querían seguir igual y nos engañaron hábilmente, o quizás fuimos cómplices, por que todo nos parecía que iba bien. hoy escuche a los jóvenes, que se conformarían con cualquier cosa, aunque sea por cuatro cuartos, desmoralizados, tirando la toalla, teniendo que comer de sus padres y no sabiendo que comerán mañana sus hijos. Pensando en el éxodo, sin fuerzas para luchar. Preparados como están y sin futuro, sin ganas de lucha, asqueados, en el punto de mira a expensas de cualquier cazador.

Por otro lado los empresarios grandes, frotándose las manos, ofreciendo cenas y reconocimiento a los caballeros de la ROSA por allanar el camino por  partirle las piernas, a esta bella señora, a la madre de todos, irreconocible de tanto agravio, que asemeja más a una vieja desdentada. cenas de reconocimiento a los caballeros de la GAVIOTA por poner de rodillas y anular voluntades, por haber secado la savia joven que brotaba, ahora contaminada y pastosa, sin aliento, que la que no parte fuera, muere lentamente sin orgullo en esta tierra ultrajada.

                                                           *

Grito…
Grito y nadie viene
El pánico me sobrecoge ante tamaña visión
Y veo…
Veo como de tanto cohabitar, de tanto alternar, de tanto incesto nacional
Llega el horror…
El horror que nos habré la boca, pero esta no emite nada
Nadie en nuestro socorro, ni un hálito de esperanza
Palabras....
No hallo palabras… será por eso que mi grito no se oye
Luz…
No hay luz que atraviese este cielo
Como no hay victoria  en desigual batalla
Gentes…
No estoy seguro, es como una mascarada
Y se quitan la mascara y no tienen rostro 
Larga fila…
En larga fila y no se rebelan, como corderos al holocausto marchan
- ¿de que me habla?
De esperanzas truncadas
De días sin mañana
De noches eternas
De flores pisoteadas
De Príncipes de la Paz
Que venden nuestra tierra sin importarles nada
Que miran para otro lado y no quieren ver
Como esta tierra se desangra
Como se vuelve gris y estéril
De seniles testas coronadas que ya no se enteran de nada
De hijos que ultrajan, que aquí todo vale…
Y ya nada vale, que a Rey muerto Rey puesto y que siga
esta bufonada.
Salgo corriendo a tomar asiento
que me espera el visionario Sordo de mi Quinta
-¿el mismo?
¡si! el mismo, el de la Quinta del Sordo
- ¿y te habla?
Me dibuja que es lo mismo
-¿y te escucha?
Asiento, lloro de impotencia y me enrabio
Y me avergüenzo, que también asi se habla
Miedo…
Verdadero miedo, he visto el horror en su pintura
El padre comiéndose al hijo
El superviviente en éxodo
Y a los Jinetes del Apocalipsis, a los caballeros
Malvendiendo la partía a manos extranjeras.
- entonces, ¿no hay esperanza?
Si no hay lucha ¡No!
Si no hay orgullo ¡No!
- pues difícil lo veo
Yo, ya ni veo
Mis cuencas están vacías
Mi espíritu preso
-¿hasta cuando, amigo?
Hasta que se nos caliente la sangre y esta llegue al río
Entonces es cuando estaremos del todo perdidos
Entonces lucharemos y quizás...
Quizás no estemos vencidos
                                                             Epi










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