lunes, 18 de noviembre de 2013

Cuentos tontos de la Mar 2






***2º Manolito***


Con las prisas se le olvido desayunar, corriendo como un loco, y solo
parar en las esquinas por si veía a su mamá.
Cerraba los ojitos y venga respirar, por que en la brisa venía el olor de su mamá y no lo quería olvidar, ¡teta! ja,j aja, ríe, sin parar de reír corriendo hasta la gran piedra junto al mar..
El mar le traía una ola y con ella el rumor de una risa, asomaba la mitad de su cuerpo para mirar, y al retirarse le dejaba piedras pequeñas, caracolas, cangrejitos y caballitos de mar e imaginaba una dulce sonrisa que le hacía soñar.
Volvía ha tumbarse y a otra ola esperar, volvía su cuerpo ha asomar, piedras más grandes con algún bogavante le acercaba el mar y el ya sabía como era su caminar leve trotecillo de caballitos de mar.
Y así mientras imaginaba ja,ja,ja. La ola divertida unas pequeñas algas, unas cuentas de coral y ámbar milenario, le venía a enseñar. Manolito corriendo hasta se ponía a pensar…
el pelo rubio cuando lo refleja la mar, de ojos suaves como los del bonito ámbar y sus orejas rojas como las cuentas de coral y que era traviesa y enfadaba a su papá, y el ja,ja,ja.
En su alocado pensar Manolito sabía, que aquella pequeña niña era la hija de la Luna y el Sol y otra vez ja,ja,ja, que lindo se decía tener tan grandes papas.


-¿Que dices mi niña? Le pregunta su mamá
* Nada mamá jugando con Manolito en la orilla del mar…mamá le sonreía y miraba a su papá
-mira que juega sola, le decía su papá…lo de Manolito ya se le pasara.
Manolito si lo sabía, que cuando la niña creciera no vendría más, por las tardes cuando el Sol bajaba y la Luna se venía a quedar, ella de su mano venía por los caminos secretos del mar.
Sabía que cuando fuera mayor, su peso el mar ya no podría aguantar, ya no habría inocencia en su mirar y alguna piedra tiraría a Manolito cuando lo viera pasar.
Pero aún es pequeña y Manolito no quiere imaginar, tan solo desea ser su amigo un día más, verla llegar de la mano de sus padres el Sol y Luna, corriendo en su busca, con su perrito detrás para jugar. Por los caminos secretos que para algunos niños tiene el mar…
Llego tarde el buhonero de su largo vagar y encontró a Manolito durmiendo con una sonrisa de felicidad, y se dijo
- A Manolito se le ha vuelto a olvidar, el nombre de la niña con quien le gusta jugar.
Su vieja manta saco y sacudiéndola miles de historias echaron a volar y rápido una atrapó, que sobre la manta volvió a ponerla y con ella a Manolito tapo, y por fin Manolito se acurruco y su nombre grito ¡Ángela… y Bruno su perrito juguetón…ja,ja,ja, el buhonero reía sin parar
Fin 
                                                                                                         Epi

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