Si has de creer
Cuando al caer la tarde me vuelvo frió,
que me deslizo por las huellas de
tus pasos.
Que ya son idos.
Créeme
Sin en ese acto contenido,
me vuelvo más frió, solo para helar,
y así con mi aliento, esculpir tus huellas.
Huellas que adorar, porque te has ido.
Créeme
Si te digo que soy el agua que al
caer,
a ti me lleva.
Expandiéndome en los valles, desbordando ríos.
Para perder luego el brío, en el
manantial sereno,
de tu calido talle.
Y dormir después en tu cuenca, a
medio camino
entre tus delicados montes.
Bajando lento,
hasta llegar, cansado a tu frondoso
valle…
¡No me despiertes! que mis manos
hablen
Que el viento pare.
Créeme
Que al sol, en su máxima
incandescencia,
mi cuerpo, que es uno con el aire
expongo,
Y te sofoco.
Mezclando así con tu sudor mí
aliento,
que despacio baja acariciando tu
hermoso cuerpo…
Y desfallezco
Créeme
Beso tus huellas, que la tierra
retiene.
Manantial, donde mis deseos
convergen
Espejo en el que me asomo, ¡no como Narciso!,..
¡No!
Como el niño perdido, busco tu
reflejo
de hermosas primaveras,
de sueños vividos.
De viejas promesas por andar, que
por los antiguos
caminos te sigo.
Y lanzo una piedra a ese manantial,
por que en las ondas,
que crea, veo tu rostro.
En la luz que reflejan las gotas al
salpicar,
tus ojos veo.
En los que miro, nuestros destinos
Créeme
Yo soy quien, entre las flores,
espero que tu mano
recoja, las más bellas.
Y entre azahares, que por azar
en los pliegues de tu falda me
lleves prendido
Créeme
Si te digo, que soy, el viento frío…
Cuando te has ido.
Epi
Epi
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