lunes, 18 de noviembre de 2013

No importa que o quien, ¿o… sí?



  
No importa que o quien, ¿o… sí? 
     

Ni quien abrió el proceso para poder exhumar los cadáveres de la vergüenza. Ni tan siquiera que estemos si, o, si, en democracia. Hemos hecho un borrón y cuenta nueva de nuestra vergüenza, un borrón y cuenta nueva de nuestras vilezas y miserias. Algunos dicen que han perdonado a otros para poder entrar en un estado de derecho. Más bien para seguir más derechos que la una.

Un país que no sabe hacer autocrítica esta condenado a repetir, y cuando digo repetir no es precisamente lo mejorcito que tiene de sí mismo por desagracia. Creo que solo se pide, simple y llanamente, encontrar a los que andan, hoy por hoy, desnudos y perdidos, con una palada de tierra en la boca para que sus gritos desesperados no perturben nuestro frágil sueño de estado democrático.

Un país que no sabe pedir perdón, tiene la indecencia, de que la ignorancia, la prepotencia campee a sus anchas, como si nada hubiera pasado, tiene la peligrosa herencia de que sus hijos vuelvan a caer en ese graso y lamentable error, perdón, quise decir horror. Un país que se niega a contar desde la objetividad, las cosas tal como fueron, ya que no podemos contarlas, tal como nos hubiese gustado verdaderamente que fueran. Un país, que tiembla con el simple recuerdo, que aún no ha aprendido a ver las cosas con la suficiente distancia y reconocer que estuvo mal. En serio, esta enfermo y condenado a repetir.

A mi no me toco, físicamente esa guerra entre hermanaos, entre padres, entre amigos. No me toco vivir la sin razón de esa época. Tan solo los últimos coletazos del franquismo. Pero décadas después por desgracia, siguen existiendo ramalazos en la memoria del dolor, que solo avivan las heridas mal cerradas de unos y de otros.

En fin, que cuesta, reunir a los ausentes y darles digna sepultura, seguro que en los dos bandos hubo gente buena, gente inocente y esa gran mayoría que se vio forzada a coger las armas, para proteger a los suyos. Porque a unos descerebrados se les ocurrió solucionar un problema de voces, a tiros limpios. Condenando al ostracismos a los supervivientes…. Señores un poquito de cordura. Den paz a esas familias en su búsqueda, retiren la palada de tierra que la sin razón utilizo para callar sus gritos de socorro y justicia… que griten por ultima vez y bien alto, para que no olvidemos, para que podamos perdonar, para que nos perdonen. Para que algún día podamos cruzarnos sin, vergüenza, en una calle, y que nuestra voz sea un buenos días y su replica un sincero hasta luego. Por favor


                                                                                                                        Epi

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