EL FINAL
Después de una noche de tempestad
llego la calma como suele suceder, unas suave luz se abría paso desde el
horizonte del mar. Sobre su puente de fina plata tres figuras se acercaban
hacia la orilla desde el otro lado del mar; una princesa, una reina guerrera y
un caballero con reflejos dorados en su abollada armadura de tanto batallar.
Sus voces se escuchaban desde cualquier lugar, y sus infantiles risas, pues
eran niños en los territorios del mar.
Llegaron temprano a la orilla,
pero ese día él se había quedado dormido e incluso el viejo Buhonero no supo lo
que le pudo pasar, los niños pasaron por su lado sin advertir su presencia y en
la misma orilla cerca de la piedra donde solía soñar sus historias Manolito, se
vinieron a sentar. Mientras jugaban con la arena charlaban sin parar, dejando
sus quehaceres el Buhonero para así mejor escuchar.
-Selena la princesa de los reinos
de la Luna, que
así la vamos a llamar, empezó diciendo:
- soy hija de la luna, y por eso
soy princesa y Selena es mi nombre y así me tenéis que llamar.
Y Pentisilia que siempre estaba
dispuesta a saltar le dijo.
-¡Anda ya! Si tú eres hija de la Luna yo soy reina en mi
ciudad, yo conozco a tu madre y de reina no tiene ná de ná!
-que sí!.... le respondió Selena
. Y el Sol mi papá
- ja,ja,ja, reía sin parar, para
hacerla rabiar…y Selena
-¡Ohuu mamá! Esta niña es tonta y
no me deja soñar.
Del otro lado del mar se escucho
a la Luna, (que
así llamaremos a su mamá) –mi niña no seas tonta, solo quiere meterse contigo
sin maldad, sigue soñando que ella también lo hará.
La pequeña Pentisilia, miro a
Selena muy seria y suavizando la voz le dijo:
- vale, perdona le dio un beso,
vamos a jugar. Pues yo soy reina que es más que princesa, y desciendo de la
primera reina y mujer guerrera que el tonto de Ulises vino a matar. Por eso
llevo su nombre y Pentisilia me tendréis que llamar y reina de las hematomas
soy.
-ja,ja,ja, reía el caballero
echándose para atrás y Pentisilia con la mirada lo fulmino, pero esta vez el
caballero no se inmuto y le dijo.
-Pentisilia, que es Amazona y no
hematoma que me lo ha dicho mi papá.
-Amazonas es una selva, tercio
Selena
-si y una tribu de mujeres
guerreras
-¡Pues esa soy yo! Hematoma,
amazona, selva y guerrera ah,ah,ah
Y venga reírse los tres
-Pues yo soy caballero andante y
me llamo Lancelot y soy amigo de un rey que se llama Arturo y de una reina que
se llama Ginebra.
-ja,ja,ja se partía Selena , y al
caballero no le gusto
-anda niño, le soltó Selena.-
ginebra es una cosa que de noche en las barbacoas se toman mis papas.
4
- ¡que
no! Que es mujer y muy guapa y no vive en una botella…si lo sabré yo
El buhonero parecía divertido con
disparatada conversación, se le escapo una carcajada y los niños asustados
miraron en esa dirección, pero no viendo a nadie, Pentisilia que era la más
valiente.
-ha sido el mar, que a tropezado
y ha dicho ja,ja,ja…si lo sabré yo.
Selena se acerco al caballero y
su mano cogió, ya no estaba asustada pero por un poquito no lloro
-A que jugamos pregunto
Pentisilia
-A que ella es una princesa que
la guarda un dragón, y yo con mi espada y tú con tu arco, la salvamos los dos
-¡Ja! Para matar al dragón me
basto yo
Ellos que ya la conocían, sabían
que era la más valiente y siempre parecía tener razón, en el fondo sabían que
le sobraba el valor, mucho ímpetu y un gran corazón. De tanto jugar se fueron
cansando y Pentisilia sin querer, con el arco al caballero le dio, este se puso
a llorar, y tanto Selena como Pentisilia se rieron, les gustaba de vez en
cuando meterse con él. La luna que el llanto escucho se dio la vuelta y su
manto blanco por los hombros le echo.
-No llores mi príncipe y un beso
le dio, el caballero se ruborizo y una sonrisita se le escapo.
- mamá ha sido ella, Selena
señalo, para que a ella no le dijeran nada
-ha sido sin querer, Pentisilia
lloraba y como era tan impulsiva ya a nadie escuchaba. Levanto su manita
derecha y con el índice apuntando al Sol muy estirado, la cabecita hacia
adelante y los ojitos desencajados…volvió a repetir ¡Ha sido sin querer! Selena
que todo lo vio
- es verdad mamá, que sin querer
le dio
Desde la otra otra orilla del mar
se escucho:
Es normal, están cansados y de
cualquier cosa sacan motivos para una discusión.
Se dieron un abrazo y dormidos se
quedaron los tres, la cabeza de Selena sobre el vientre del caballero y la de
este sobre Pentisilia y esta sobre una almohada de espuma y esponja de mar que
le acerco una ola cuando se fue a tumbar.
Extraña situación al Buhonero se
le planteo, nunca nadie dentro de un sueño se durmió y sobre otro sueño
despertó. Desde la piedra de Manolito la capa el Buhonero abrió y tomando
impulso de un salto en el segundo sueño se metió.
Cuando por fin Manolito se
despertó, corriendo a la orilla del mar se marcho y allí juntos los vio
-¡Buhonero!, a esos niños los
conozco yo, y hasta me se sus nombres.
-Shss, dijo el Buhonero, sus
nombres aquí no los pronuncio ni yo, arto rara es esta situación.
Manolito
recuerda el día que el Buhonero le hizo el favor de prestarle un espejo de fino
coral, de plata pulida y espuma de mar, con el que pudo observar el mundo de
los niños del otro lado del mar. Y manolito vio a una mujer muy guapa, “a la
que llamaremos Calma” pues es cariñosa y siempre cuida de los demás y como le
decía a su hija:
- Me montare contigo en esa
carroza de metal que gira como loca sobre las olas del mar, lo hacía por su
niña pues ella lo pasaba fatal.
Pero la niña ya no la escuchaba,
andaba atenta a su papa que con otro niño se iba a montar y conociéndose ella
no se pudo conformar y gritándole a su mamá
-¡Contigo no! yo quiero montarme
con papá
Al espíritu de la Calma sintiéndose herida los
ojos se le llenaron de mar, y eso Manolito no lo pudo soportar y ja,ja,ja
porque con su risa tenia la facultad de apaciguar y retener el agua del mar. El
Sol que pasaba por allí, no la quiso mirar, se encendió un poco más y de un
bonito rojo los ojos de Calma coloreo.
Manolito miro despacio a la niña
y no supo que pensar, cuando la pequeña se puso a llorar y es cuando entendió
que la niña amaba de verdad, con un amor desmedido, un amor dividido entre su
mamá y su papá. También vio que no sabia controlar ese amor ni el geniecillo
traidor y que este último es lo que traslucía a los ojos de los demás.
Con su dedito levantado, su
puñito cerrado, cariñosamente golpeaba en el costado de su mamá, mientras
escondida la cara en el vientre de mamá la restregaba sollozando, esparciendo
de sus ojitos cuentas saladas de mar y le decía a su mamá
- ¡la culpa la tienes tú!,
móntate conmigo mamá.
- niña, ¿que te pasa? que a papá
no te lo van a robar
Y con una sonrisa victoriosa le
dijo, es que también al igual que a ti quiero a mi papa
y la abrazo contra su pecho, y no
sabe cuantos besos le dio, y en un reír y un llorar se soluciono. Manolito
observo que no por que un niño se enfade, ni a una madre se le llenen los ojos
de agua de mar, se deje de amar, y que es necesario el llanto de un niño cuando
lo dejan terminar, para reparar una herida y renovar el amor.
El Buhonero más relajado andando
de acá para allá, hasta que la niña más pequeña a él se llego y pegándole una
patada al Buhonero, este la miro y sonriendo la niña le hablo.
-¿Feo…me das ninero! Y
desapareció.
Otras cosas observo Manolito de
los otros niños, pero nada como esa niña le conmovió, tan solo debía de
aprender a controlar esos arrebatos desmesurados de amor y ese geniecillo
traidor. Cuando la niña por su lado paso, él le soplo un beso en forma de flor.
De la otra niña se sorprendió,
que era buena y para ella no tenía nada, algo de genio tenía pero más suave,
como las olas que van a devorar la orilla para luego deshacerse en la
intención. No sabía como se las componía pero si algo de lo que tenía a otro
niño le gustaba, se lo entregaba, un juguete, un abrazo ¡que se yo!
Cuando
con otras niñas andaba, se metían con un niño que con ellas mucho tiempo
pasaba, si a él se le ocurría algo, ella corriendo lo gritaba, como si fuera
suya la idea para hacerle rabiar un poquito y algunas veces se enzarzaban en
absurda discusión hasta terminar llorando los dos. Pero en el fondo lo quería
un montón. Manolito pensó “otra forma de amor”
Pero a Manolito le gustaba de
ella su buen corazón, observaba que el niño se hartaba y jugando solo se
quedaba con su imaginación, por que con ellas ya no quería andar.
Ella muy despacio se acercaba,
muy suave lo llamaba. Él, hacía al principio, que no la escuchaba. Ella
insistía, suave lo llamaba despacio se acercaba y pidiendo ayuda al mar… su
mano en una calida ola se alzaba y en su hombro se posaba. Suave lo llamaba
mientras la otra mano, llena de caracolas y conchas de nácar, sobre la mano del
niño se derramaba y muy despacio la cabeza levantaba, y suave muy suave con sus
ojitos los de él buscaba, mientras le hablaba y le contaba una historia muy
corta. Entonces él le sonreía y delante pero apartados de todos o detrás un
poquito alejados de la mano caminaban, y ya no decían nada tan solo se miraban,
reían y andaban. Y Manolito supo que era eso, que llaman amistad, que da todo y
no pide nada.
Él niño jugaba solo mientras
Manolito lo miraba, que imaginación gastaba, ahora caballero con espada,
pistolero sin pistolas, cesar y hasta faraón se imaginaba. De condición noble
nunca peleaba y a las niñas eso le gustaba…muñeco de trapo lo trataban, pero si
no lo veían siempre por el preguntaban…Y el niño, ¿el niño no viene?
Le hacía gracia a Manolito como
siempre el niño contestaba
- Bueno lo que tu digas, lo que
tu quieras…porque en el fondo a él jugar con ellas le gustaba
Ahora recuerda Manolito el día
que se los encontró, tres niños en la playa que de un puente de plata el mar
los dejó, Manolito pensaba que del mar lo sabía todo, pero no.
Se acerco despacio por si piedras
le tiraban. Cuando comprobó que no, se miraron entre ellos, las niñas como
tontas se rieron y el niño le pregunto, ¿como te llamas?
Manolito nervioso las manos se le
enredaban
- Manolito… ¿y tú?
- yo soy Lancelot, caballero
andante, Cesar o Faraón.
- ah dijo Manolito lleno de
emoción.
- y, yo dijo la más despierta,
Pentisilia es mi nombre y Reina guerrera soy
-que bien dijo Manolito una Reina
y un Faraón
- y mi nombre es Selena princesa
de la Luna, le
soltó, Manolito se dio la vuelta y pensó…a su hermana la conozco yo y a su
perrito juguetón
-soy hija de la luna y el sol
-ja,ja reía Pentisilia pero de
buen humor
- ¿queréis jugar?, y fue decirlo
y los cuatro de la mano corrieron a un rincón de la playa, donde Manolito
guardaba las cosas que le regalaba el mar.
Tres caballos de madera tostados
por el sol, un arco sin cuerda, una flecha sin punta y un cuchillo de cartón,
un viejo turbante azul, una capa del mismo color y una daga de plástico de
dudoso color, cuatro trozos de un viejo tambor, una cerbatana sin agujero y un
bote de barro con algo de ilusión.
- yo seré el tuareg
- yo
con mi caballo, mi arco y mi espada te acompañare, que para eso soy guerrera
algo tendré que hacer
- ¿y tu Selena?...Manolito
preguntó
-yo seré la princesa raptada y un
genio me tiene atrapada
-pues yo dijo Manolito emocionado…seré
genio, el lobo en la madrugada y me tendréis que derrotar, para que la princesa
vuelva a su hogar.
Cogieron sus caballos tostados
por el sol y se marcharon, mientras la princesa raptada riendo en la tienda se
metió. Jugaron toda la tarde y no veas lo que Manolito disfruto.
Sentado en la piedra el Buhonero
los observo, y decidió que ese día no iría a pescar las historias que le
acercaba el mar…
Pero como todo cuento este
también tiene un final, a los niños los llamaban desde la otra orilla del mar y
tenían que regresar, pero antes Manolito un saludo-despedida les enseño.
- primero la mano se toca la
frente, y significa en el pensamiento te llevo yo, luego la mano en la boca,
que de besos te mando en forma de flor y por ultimo la mano en el corazón que
por ti lleno de amor lo tengo yo.
ja,ja que no Manolito que así no
es le dijeron los tres
-¿Ah y como es..?
-Selena empezó, la mano en el
corazón, que por ti rebosa de amor
-Pentisilia continuo, la mano en
la boca que lo que se escapa del corazón con muchos besos te lo mando yo
-Lancelot terminó, la mano en la
frente, que del amor del corazón, en besos te contengo en los juegos te
guardara mi imaginación
ja, ja, ja rieron los cuatro…y el
Sol se apago
Ya en el otro lado del mar,
cuatro niños jugaban con la arena cuando los llamaron sus papas, se levantaron
y en la orilla se sentaron, vieron como un montón de duendes sobre pavesas
bailaban, que caían al agua y luego se apagaban, la más pequeña se llevo la
mano a la boca y besos tiraba, mientras con la otra mano saludaba
-que haces mi niña, para quien
son esos besos, a quien saludas?
- no lo ves mamá como si fuera un
caballo sobre esa ola Manolito se ha montado y va riendo como loco, y dos
besitos me ha tirado
Y los niños cantando a modo de despedida……Manolito
huevo frito, tortilla de bacalao que tu madre……………. este cuento se ha acabado
Fin
Epi
Epi
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